jueves, 14 de mayo de 2009

CRONICA DE UN VIAJE MARAYHUACA - I PARTE

EXPERIENCIA TURÍSTICA VIVENCIAL.
DESTINO: “MARAY HUACA” - INCAWASI. LAMBAYEQUE.
Viernes 17, Abril 2009.

Parte 1: Equipaje de Ansiedad.




Un desvencijado morral color militar opacado por los avatares del sol y las inclemencias del clima con sus cientos de kilómetros recorridos, me parecía estar mirando y cautelosamente esperar en un rincón de mi habitación, como mudo testigo de innumerables viajes al interior del país, ese, el de las hebillas gruesas y lona fortalecida, robusto y repleto, parecía un hombrecito que aguardaba ser el acompañante de una nueva aventura…
Mi madre, tan recalcitrante como esmerada, retumbando en mis orejas tiradas hacia atrás la frasecilla…ese es un frio del carajo, no me regreses con neumonía mi negro…, más lo escuchaba, más excitante me parecía, ya había sentido de todo: un calor que ni mi curtida piel morena se animaba a repetir, un hambre de tres días convertido en inanición, un miedo a perderse en la selva verde espesa, pero ese frio…ni en Ticlio…o en la Oroya, quizá, eso me atrajo más.
7 y 25 pm estaba en el centro pactado, aunque la hora acertada fue de 7: 30, no quise demostrar mi entusiasmo, y supuse que el que llegó antes , estaría igual o más excitado que yo…al final partimos de ese lugar a nuestro primer “terminal”(aunque deberían llamarlos “inicial”) 2 horas después. Contabilizamos rápidamente, éramos trece, más dos fardos de víveres destinados a menguar en algo las necesidades de los lugareños a donde apuntaba la travesía, luego se sumarían cuatro más a nuestra legión de rebeldes con causa, con mayonesa y kétchup.
En mi mente giraba la afirmación de la suma de dos grandes placeres…viajar y seguir siendo profe, el profe para algunos, el pata mayorcito para otros. Sólo veinte minutos separa Ferreñafe ciudad, a Chiclayo…visto en kilómetros, algo de 16.
“ñafe”, como lo llaman sus lugareños sería un albergue de cuatro horas o algo más, hasta instalarnos placenteramente en el bus; y las 4 drugadora llegó, y el sueño se convirtió en angustia, y el viaje en un carrusel de 10 soles la paseada de cuatro horas al mismo estilo “bomber”.

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